7 de octubre de 2021. Oshima es uno de los más grandes del cine japonés moderno, un Godard/Resnais nipón. Sólo hay que ver el prodigio de montaje de Noche y niebla en el Japón. Ha pagado por lo directo de El imperio de los sentidos, pero no hay que olvidar que más que el sexo, el dominio y la mutilación, las tomas más escalofriantes son aquellas en que mientras Sada Abe se escabulle en las sombras tras haber fagocitado a su amante (cual Adjani en Posesión), los militares toman las calles y el control, marchan bajo su ventana preparando calladamente para el Extremo Oriente un festival fascista de depravación real, equiparándola con la perspicacia arendtiana de las escenas más discretas del Saló de Pasolini
En respuesta a Miguel Martín: ¿Qué sería del cine sin el fantasma? El fantasma, el reflejo, el espectro, la luz en el espejo, la doble identidad. «El imperio de la pasión» es un cruce entre «El cartero siempre llama dos veces» y las historias de fantasmas de Mizoguchi, por decir obviedades, culminando en Los amantes crucificados. En su sórdida historia hay una belleza visual que roza la excelencia con la ayuda de la música de Takemitsu. A Oshima le ha pesado su fama de cine «escandaloso» para mentes estrechas pero es otro más de los grandes del cine japonés y mundial.
23 de abril de 2022. Para el Día Internacional del Libro que mejor que la más «literaria» de las obras de Oshima, Feliz Navidad Mr Lawrence, una inquietante vuelta de tuerca del Río Kwai y de las ambiguas sexualidades oriental y anglosajona, con un elenco desbordante y «multimedia», el músico y cantante David Bowie, el sobrio actor y escritor Tom Conti, el popular cómico y descomunal cineasta Takeshi Kitano y el enigmático compositor y prolífico artista Ryūichi Sakamoto, quien también enhebró la fascinante banda sonora, que le valió el BAFTA de 1988 (cuatro años después obtendría un Óscar, un Grammy y un Globo de Oro por su autoría de la -como siempre en esto de los premios, menos memorable- de El último emperador de Bertolucci
Otras referencias: Kaurismäki/Kitano, Battiato/Sakamoto
17 de agosto de 2011. 13 asesinos, de Takashi Miike. Peliculón. Una hora y cuarto de Oshima y 45 minutos de Kurosawa (o Peckinpah).
¿Tienen sentido los remakes?
25 de abril de 2022. ¿Tienen sentido los remakes, sean históricos, geográficos o industriales? ¿No tienen más sentido las versiones, como con el teatro –Macbeth de Welles, Kurosawa, Polanski- o la literatura, El corazón de las tinieblas de Herzog o Coppola? Hoy en @filmotecacat Ichimei de Miike sobre el Harakiri de Kobayashi.
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