Ocupa la coqueta y solitaria sala de exposiciones de la Filmoteca una de sus exhibiciones reducidas en tamaño, pero atractivas en planteamiento, las claves de la foto fija en el cine español de los años 40, una época en la cual, pese a la asfixiante naftalina franquista, había grandes talentos profesionales que nos deslumbran e hipnotizan con el dominio del blanco y negro y la composición.