Chile siempre (Yo he sido, yo soy, yo seré) – Algún día Allende abrirá las alamedas

Ahora que su sucesor ha salido ampliamente derrotado en las urnas, hemos de recordar que hace diez días se cumplió el quince aniversario de la muerte de Augusto Pinochet. Por un curioso giro del destino yo estaba ese día en el país, por motivos profesionales relacionados con la transformación tecnológica de El Diario de Hoy de El Salvador. Al salir de comer en el Mercado Central de Santiago, comencé a escuchar el familiar soniquete de «se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar» punteado por las bocinas de los coches y de grupos de vecinos que se echaban a las calles con gritos de alegría y banderas nacionales. Estupefacto, primero pensé en algún logro deportivo, pero era domingo a las dos de la tarde, un horario extraño para que jugara la selección. Instantes después advertí que tenía que ser por el fallecimiento del nefasto dictador. Llamé a la redacción de EDH y les dije que extendía la estancia y retomaba los bártulos del periodismo de calle ya que la casualidad había querido convertirme en el único «enviado especial» de Centroamérica en Chile en ese momento. Después llegaron luminosos días en que reviví las maravillas de la práctica del oficio, con mi vieja cámara y una grabadora de cintas, conmutando continuamente con la línea uno de metro de la Escuela Militar, donde los momios velaban el cadáver del odiado verdugo, a la Plaza de la Constitución donde, en torno al Palacio de La Moneda que fue la última trinchera del gran Salvador Allende, celebraban y rememoraban los familiares, allegados, simpatizantes y partidarios del presidente socialista y grandes masas del pueblo que había luchado por el restablecimiento de la democracia, para tratar de entrevistarles a todos y reflejarlo diariamente en dos columnas enfrentadas en el periódico. Días luminosos sin duda para aquel niño casi adolescente que consumía febrilmente cualquier noticia de la resistencia y devoraba con los ojos, boquiabierto, cualquier obra de arte de las muchas que se realizaron sobre el conflicto, como la subversiva Ich war, ich bin, ich werde sei (Yo he sido, yo soy, yo seré-1974) de Walter Heynowski y Gerhard Scheumann; la visceral La Batalla de Chile (1975) de Patricio Guzmán, o o la disección despiadada de La Spirale (1976) de Armand Matellart, Valérie Mayoux y Jacqueline Meppiel, mientras lloraba por el destino truncado de aquella articulada clase obrera chilena y por todos los compañeros muertos (recuerden que nosotros estábamos sufriendo los zarpazos provocados por los estertores de nuestro propio tirano, el parto convulso de la Transición, pero también las semillas del Desencanto). Va por ellos.
La batalla de Chile www.infinita.cl/que-hacer/2021/09/13/la-batalla-de-chile-donde-ver-este-y-otros-documentales-sobre-esa-era-en-chile.html Mineros interferencia.cl/articulos/lo-que-nunca-hizo-tvn-canal-la-red-transmitira-la-batalla-de-chile-de-patricio-guzman-por Yo soy yo he sido yo seré www.naranjasdehiroshima.com/2013/11/yo-he-sido-yo-soy-yo-sere.html y video completo La spirale lapeste.org/2014/04/documental-la-spirale-la-espiral-1976/ Enviado desde Outlook<aka.ms/weboutlook>


3 de enero de 2020. Sobre la crítica de Miguel Martín del documental «El diario de Agustín», que a todos nos ha puesto los dientes largos: cuando cubrí la muerte de Pinochet para El Diario de Hoy, me preguntó el hijo del propietario «¿Qué tal hemos quedado?». Aunque por privilegio pude hacer dos columnas en páginas enfrentadas con las crónicas de los partidarios del dictador en un lado y de los de Allende en el otro, en cuanto a la portada y el resto de artículos tuve que confesarle «Peor que El Mercurio». Cuando me preguntó que quería decir, le expliqué que el periódico austral habia tenido más que ver con el fin de la democracia en Chile que la propia aviación que bombardeó el Palacio de la Moneda. Cuando ejerces te das cuenta que los ejemplos que te ponen durante la carrera (Zola y el J’accuse, el Watergate y el Washington Post, Le Monde Dilplomatique o 60 Minutes) son sólo excepciones que confirman la regla del capital


11 de septiembre de 2013.

11 de febrero mde 2013.

Hoy se cumplen 40 años de uno los momentos más gloriosos de la pervivencia de la razón humana en medio de las peores condiciones posibles.

«Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!»

Últimas palabras de Salvador Allende Gossens el 11 de septiembre de 1973 antes del bombardeo del Palacio de la Moneda en Santiago de Chile

http://www.youtube.com/watch?v=g1QJ-y_xUmk