La Casa de Papel y Black Mirror

Sí, La Casa de Papel es la encarnación misma del concepto «trepidante» y tiene un ritmo, producción e interpretación arrebatadoras, pero su sistema de distribución, cada uno entusiasmado en su casa, deshace su proclamada rebeldía y remite a un consumo distópico tipo Black Mirror.
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Yes, Money Heist is the very incarnation of the «fast-paced» concept and has a breathtaking rhythm, production and interpretation, but its distribution system, each family enthusiastic at home, undoes its proclaimed rebellion and refers to a dystopian consumption like Black Mirror.


8 de abril de 2020. “Te tengo que recordar que has intentado entrar cuatro veces, ¿qué cojones pasa ahí dentro?, ¿es que dan barra libre o qué?” Con una sucesión de réplicas producto de unos guionistas en permanente estado de gracia (Álex Pina, Javier Gómez), con un elenco sin par y personajes icónicos liderados por un formidable Pedro Alonso (Berlín), y con un ritmo sin aliento que destroza los nervios del espectador menos empático, La casa de papel se ha convertido en un fenómeno mundial. Cierto que los giros retorcidos de trama de película de atracos y los tiroteos de coreografía peckhinpah/depalmanianos superan en momentos a alguna secuencia cerrada de los clásicos de directores punteros de los dos géneros, de Heat de Michael Mann, Die Hard de McTiernan (ese John McClane poligonero y a la inversa, el Gandía del descomunal José Manuel Poga), o del hongkonés John Woo (Wu Yu-seng); igual es esa edición de precisión y bisturí, kubrickiana, que impide decaer el latido hasta el infarto (no olvidemos que nuestros montadore/as fueron uno de los motivos que atrajeron a Welles y a otros de los grandes a rodar en Iberia); pero muy posiblemente sea la precisión y la retranca del humor negro castizo, berlanguiano, que contrapuntea las numerosas tragedias, lo que ha atraído al consumidor de series más escéptico del planeta (yo) a este “great entertainment” en familia -por mucho que contemple con la ceja alzada cualquier apropiación comercial de símbolos de la izquierda como el Bella ciao o La Resistencia para su aligeramiento y fácil digestión millennial-, es la impresión de estar contemplando lo que los estadounidenses llamarían un “Atraco a las Tres on steroids” 😉 (minuto 5.56).