El espíritu de Reinosa. Contra la movida y la posmodernidad

Publicado originalmente el 9 de noviembre de 2020. “Grupos sociales como la juventud de extrarradio, una sociedad rural no idealizada o la clase obrera industrial desaparecerán de manera palpable de todo texto cinematográfico. Del mismo modo, episodios como la Primavera de Reinosa, las manifestaciones estudiantiles del 87, la “Intifada” de Besós, el encierro de las trabajadoras de Ike o las decenas de enfrentamientos, protestas y revueltas motivadas por la así llamada (y aún a día de hoy muy desconocida) reconversión industrial, nos ofrecen una imagen constante y diaria de alta conflictividad social y movilización ciudadana. La experiencia de un porcentaje considerable de la población española que vivió esa década entre la amargura, la desesperanza y la angustia permanente no dispuso de relato o cauce por donde comunicarse” (Luis López Carrasco y Luis E. Parés, “De cómo el cine español se desconectó de la realidad en los años ochenta”, citado por Victor Lenore en Espectros de la Movida. Por qué odiar los 80). En la imagen, la única secuencia que recuerde donde se reflejaba algo la desesperación social que se coló en el aluvión mainstream de comedia madrileña progre y cine posmodernillo de aquellos años, cuando Carmen deja a su hijo en el autobús que le lleva al pueblo y mientras se aleja, se derrumba.

6 de noviembre de 2021. En su momento, De Aranoa, como Calparsoro, supusieron una auténtica bocanada de aire fresco en el pegajoso estío en que nos había sumido la inane comedieta madrileña.

8 de septiembre de 2020. Dos libros que relativizan (en mi linea) mucho los 80s, Carve ém up!/The Winshaw Legacy, la novela de Jonathan Coe (que ahora lo peta con Middle England sobre el Brexit), y, fresquito de la librería, el análisis de Víctor Lenore sobre Espectros de la movida 😉

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22 de agosto de 2020. «¿Quién iba a decir que el paro era, o podía ser, un elemento represivo más eficaz que los agentes a caballo? Como mínimo, lo sabía Margaret Thatcher, primera ministra británica. La estrategia de la líder tory se exporta a España, donde empieza a servir como marco interpretativo. Se demuestra que no hay mejor escenario que un alto índice de paro para convencer a la población de que su futuro está ligado al del crecimiento de la empresa privada; una manera infalible de facturar ideología corporativa. Los ochenta en España comenzaron con una tasa de desempleo del 9,5 por 100 y terminaron en el 16,9 por 100.» «Espectros de la movida. Por qué odiar los 80. (Anverso nº 9)», de Víctor Lenore.


Roures, «el buen patrón» 😉

13 de febrero de 2022.

Jaume Roures, «the good boss» 😉 I imagine that the opportunist that inhabits him could not resist the unhealthy magnetism of openly showing «his contradictions» (as a good former Trotskyist), despite, or precisely because of, the parallelism that this image was going to highlight between fiction and reality. I take advantage of his triumph at the Goya Awards to publish the Histoire[s] that I had prepared on the relevance of Fernando León de Aranoa’s cinema, The Good Boss and the Recovery of Class Consciousness and The Spirit of Reinosa. Against the «movida» and postmodernity.

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Jaume Roures, «el buen patrón» 😉 Me imagino que el pijoaparte que le habita no pudo resistir el magnetismo malsano de mostrar abiertamente «sus contradicciones» (como buen ex troskista), pese, o igual precisamente por, al paralelismo que esta imagen iba a remarcar entre ficción y realidad. Aprovecho para publicar las Histoire[s] que tenía preparada sobre la pertinencia del cine de Fernando León de Aranoa, El buen patrón y la recuperación de la consciencia de clase y este El espíritu de Reinosa. Contra la movida y la posmodernidad.

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Jaume Roures, el liquidador de Público, agradece el Goya a la mejor película por El buen patrón, de Fernando López de Aranoa. Fuente: ABC
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Tout va Bien, Jean-Luc Godard y Jean-Pierre Gorin, 1972, Francia-Italia. Fuente: Contemporary Art (Martha Garzon)

Al rescate de la militancia: «La trampa de la diversidad»

6 de junio de 2019. Junto al de uso y al de cambio, Daniel Bernabé («La trampa de la diversidad», pag. 98) vuelve a introducir el valor simbólico, de mecanismo de cambio de significado: «El cambio del que hablamos. de la acción colectiva al individualismo, y de lo material a lo simbólico, llega sobre todo una vez que se ha conseguido persuadir a una gran parte de la sociedad de que los bienes representan valores más allá de los propios que poseen inherentemente y que, a través de la adquisición de esos bienes-valores, es posible aspirar a formar parte de una categoría satisfactoria en la que todo el mundo es desigualmente importante y específico, diverso». Hay un gran ejemplo en las «antorchas de la libertad», cuando las tabacaleras consiguieron convencer a las mujeres que fumar empoderaba…

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Sobre el crecimiento de la ultraderecha, «La trampa de la diversidad», Daniel Bernabé: «El Estado sigue presente allí donde debe mantener el orden de clase pero retrocede allí donde valió para atenuarlo (…) El odio del penúltimo contra el último siempre ha sido marca de la casa»

19 de mayo de 2019. «La sociedad capitalista relega a sectores enteros de su ciudadanía al vertedero, pero muestra una delicadeza exquisita para no ofender sus convicciones». Eagleton citado por Bernabé en La trampa de la diversidad

8 de mayo de 2019. Las administraciones progresistas han ampliado el espacio de la diversidad exponencialmente, centrándose, ya ni siquiera en los derechos civiles, sino en las formas, las maneras y el lenguaje, con el objetivo de llenar el hueco cada vez más grande que deja su inacción en lo económico y material». Daniel Bernabé, La trampa de la diversidad.

7 de mayo de 2019. «Cuanta menos capacidad tiene una corriente política de cambiar lo material, con más insistencia tiende a buscar las formas de influir a través de lo simbólico», Daniel Bernabé, La trampa de la diversidad

4 de mayo de 2019. «La clase media, que no es una clase en sí misma en términos de su relación con la producción, sino una construcción entre lo cultural y el poder adquisitivo, se ha extendido a todos los estratos de la sociedad no de una forma material, es decir, a modo de riqueza, sino mediante una forma percibida y aspiiracional. El neoliberalismo es capaz de redistribuir, pero sólo lo hace mediante ensoñaciones» Daniel Bernabé, La trampa de la diversidad

20 de abril de 2019. «Sin horizonte al que dirigirnos ni pasado del que aprender, sin posibilidad de afirmar lo cierto o lo falso, sin espacio para los conceptos válidos universales, sin capacidad de comunicación, sin forma de aprehender la realidad lo que encontramos es la imposibilidad de una política coherente, sobre todo si esa política va encaminada a cuestionar e incluso sustituir el sistema capitalista dominante. El neoliberalismo utilizo el posmodernismo para desmantelar a la izquierda, para extender su amoralidad y cinismo como valores aceptables, para crear un estado de las visas donde su proyecto no es que fuera el más apropiado, sino el único posible. Mientras que se negaba la validez universal de las ideas socialistas, el capitalismo se guardaba secretamente su parcela de modernidad, extendiéndose universalmente, sin importarle ya lo más mínimo ninguna de las excusas teóricas que aquellos filósofos franceses le habían prestado». La trampa de la diversidad, Daniel Bernabé

18 de julio de 2018. Daniel Bernabé: Ojalá el problema fuera el libro, los ataques o mi antológica mala hostia. El problema es que más allá de lo que yo escriba sabéis que esto se ha ido de madre y sólo hacía falta que alguien encendiera la cerilla para que todo explosionara. Pero a nadie le daba la gana quemarse.El problema es tener que aguantar a una banda de cretinos pseudoreligiosos hablando de que por comprar un cartón de leche estás colaborando con la «violación» de las vacas.El problema es ver cómo se califica a la Huelga del 8M de «privilegio blanco», poniendo a competir a las feministas, en vez de buscar cómo mejorar los derechos laborales de las inmigrantes sin papeles.El problema es ver cómo las revistas de tendencias hacen el agosto con la atomización de identidades sexuales cuasi-inventadas dejando en un segundo plano problemas como el escaso conocimiento de los adolescentes frente a las ETS.El problema es que sabemos al dedillo la última polémica sobre acoso entre actores de Hollywood mientras que la mujer que es acosada por su jefe en su empleo precario que no puede dejar no sabe ni lo que es un sindicato.El problema es tener que aguantar a los mismos que están gentrificando las ciudades a marchas forzadas parapetarse detrás de lo LGTB mientras que la Alcaldesa del Cambio les ríe las gracias con el querides.El problema es ver en libros feministas para niñas a Margaret Thatcher como modelo de aspiración, tener que leer barbaridades acerca del empoderamiento de la mujer mediante el burka o jugar a la sororidad con Ana Patricia Botín.El problema, precisamente, es que en vez de tener conciencia de clase se tiene aspiración al empoderamiento, individual, a cimentar nuestro yo en la medida que disminuimos el del tipo que tenemos al lado.El problema es ver cómo se distribuye la pegatina de Refugees Welcome desde el Starbucks hasta los coworking del centro de Madrid y que nadie hable de por qué se bombardeo Siria y Libia sin tener en cuanta las consecuencias.El problema es ver cómo aquello llamado nueva política fue colonizado por clases medias que ante todo estaban buscando un acomodo para su frustrada carrera en el sector privado. Y ver cómo machacan a la izquierda parapetándose tras lo diverso.El problema es ver cómo la ultraderecha habla mezquinamente de repartir comida a los pobres españoles, cómo sitúa a mujeres y homosexuales como cabezas visibles, mientras que el activismo habla de sexo tántrico y pizzas veganas. Me cago en mi vida.El problema es ver cómo se habla con naturalidad de «gestación subrogada» o «prostitución emprendedora» y se ridiculiza a las feministas que llevan luchando por los derechos de la mujer desde los 70 por una banda de indeseables enamoradas de Despentes.El problema es que muchos periódicos progresistas prefieren tener una sección escrita por gente que considera indispensables los correajes sadomaso veganos antes que una sección escrita por una sindicalista de Parla o Badalona.El problema es que nos han puesto a competir entre nosotros en un mercado de la diversidad donde la moneda de cambio son identidades cada vez más frágiles, artificiales y atomizadas. Que es de lo que va el puto libro. Por mucho que sigáis mintiendo como ratas.Y el problema es que por decir todo esto, por poner el espejo delante de este desbarajuste, poco más que se está pidiendo mi cabeza día sí y día también, comparándome con Anders Breivik o los Incel.Llamándo imbéciles a los lectores, faltando el respeto a las mujeres que han querido presentarlo a mi lado, o a los periodistas -generalmente de fuera de MadridCentro- que alucinan y que tras la entrevista me preguntan en privado que cómo puede ser.Y sí, hombre blanco heterosexual cis de todos los santos, del Real Madrid, castizo y de Fuenla. Qué coño se le va a hacer. Alguien tenía que venir a deciros que habéis secuestrado a eso que un día se llamó izquierda y la habéis transformado en una caricatura risible y desactivadaA las personas que me llevaís leyendo varios años en los artículos, a los que habéis leído el libro y sabéis que las acusaciones son falsas: levantad la cabeza. No por mí, sino por vosotros. No tenéis por qué aguantar un chantaje más de esta banda.Si yo solo les estoy poniendo en un brete a poco que os organicéis y reclaméis vuestro sitio se les derrumba el chiringuito como un castillo de naipes. Porque de eso va en último término. De mantener sus paguitas y sus puestos.A poco que nos despistemos lo único que nos va a quedar es elegir cada cuatro años entre Macron o Trudeau, o a lo peor, entre Trump y Le Pen.Vista la valentía de los líderes de la izquierda para encarar este despropósito es a donde vamos.Hay memoria. Pasaremos la nota. Y el que se quiera enterar bien y el que no que se joda.

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25 de enero de 2022. Sobre Tesis. Cuando el país se estaba cayendo a pedazos un pijo salió de la escuela haciendo una peli sensacionalista y abotargada que no tenía nada que ver, no solo con nuestras realidad, sino con nuestro imaginario. Preferiría tener que tragarme la saga entera de Saw 😉 Y encima no sé quién estaba peor y menos creíble, (y mira que lo siento) si la Torrent o el Elorriaga.

Ahhhh, el Óscar, ese marchamo de calidad jajajaja

 Yo tengo una realizada y dos producidas (una se ellas por crowdfunding), más dos asistencias d dirección, a pesar de no haberme podido dedicar profesionalmente como algunos pudientes que no lo necesitaban para sobrevivir. No necesitas que te diga qué cantidad, calidad y pertinencia no van unidas. Zulueta completó dos largos, Han Bi se ha suicidado después de uno. Jose Luis Guerín, Víctor Erice, Tarkovski o Vigo tienen pocos, Paco Martínez Soria muchos 😉