E la nave va: Federico Fellini, el hombre del bicentenario. Roma y los pintores de nubes

Aprovechando la ocasión de que Federico Fellini nació el 20 de enero de 1920, la Filmoteca de Catalunya le dedicó una gran antológica, en la cual, pese a nuestros infundados temores, brilló la calidad excepcional de las copias restauradas. El 31 de octubre se cumplirá el 30 aniversario de su desaparición. Hoy en la misma Filmo recupero Intervista, los pintores de nubes, que a su vez es la recuperación decadente de la pareja que fue la protagonista de La dolce vita en todo su esplendor en la Fontana de Trevi, Marcello Mastroianni y Anita Ekberg.

Enlaces Imdb https://www.imdb.com/title/tt0093267/

Folmaffinity dolce https://www.filmaffinity.com/bo/film357320.html


E la nave va. Federico Fellini, 1983,
Coproducción Italia-Francia; Gaumont, Vides Production, RAI. Fuente Kurumata.

7 de enero de 2020. Comienza para mí el ciclo Fellini en @filmotecacat. Esperemos que sea tan exhaustivo como se anuncia, más que nada por ver títulos «menores» que hemos podido contemplar menos en pantalla grande, y copias prístinas, en especial la de Toby Dammit. Hoy toca I vitelloni y su extraño eco icónico en Los lunes al sol.


9 de enero de 2020. Apuntando ya muchos temas, profundidades de campo, tonadas, escenarios e imprevistos fenómenos «naturales» de la que iba a ser su trayectoria futura, Fellini maravilla ya en la que fue su primera película y fracaso comercial, como director. Hoy, Lo Sceicco bianco en Filmoteca de Catalunya.

Enlace Giuletta http://stefano-tuttocinema.blogspot.com/2013/11/giulietta-degli-spiriti-federico-fellini.html


16 de enero de 2020. Siguiendo con la revisión de los films «menores» dentro del exhaustivo ciclo que e Catalunya dedica a Fellini, hoy toca Il bidone, uno de los menos vistos de las etapas iniciales del cineasta italiano con Giulietta Masina en blanco y negro (La strada, Le notte di Cabiria…).


24 de enero de 2020. No, no es redundante decir que Le Tentazioni del Dottor Antonio es una de las más surrealistas cintas de un director capaz de hacer Giuletta degli spiriti o La città delle donne. Y Toby Dammit, una de sus pièce de résistance más fascinantes. Además llega el punto álgido a la hora de comprobar la calidad de las copias de este ciclo de Filmoteca de Catalunya, en especial de la segunda, rodada en un Eastmancolor terriblemente maltratado por la erosión del tiempo.


7 de febrero de 2022. News from Home de Chantal Akerman, que cambia la road movie de las noches europeas por el deep blue de las de NYC, y el ensayo, nunca mejor dicho, de Prova d’Orchestra de Federico Fellini, dos cintas hermanadas por un metraje que dificulta su distribución según parámetros «comerciales», hoy en Filmoteca de Catalunya.


12 de febrero de 2020. Il miracolo, ¿qué mejor que un Rosellini «menor» basado en un Valle Inclán «menor» para seguir revisando Fellinis «menores»? Y uno que supuso que por fin se considerase el cine como una expresión protegida por la Primera Enmienda estadounidense nada menos. Hoy en Filmoteca de Catalunya.


13 de febrero de 2020. Como dicen Pasolini y los Taviani en Fellini in Cittá hubo una época en que el cine del romagnolo no era lo suficientemente radical o «colectivo» (Bellochio dixit) como para estar entre mis favoritos, y sí, lo vi, pero puede decirse que sobrevolé superficialmente toda su última etapa. Visualmente fastuoso, políticamente inane. Pero con el tiempo, como afirman también los citados, el «provincianismo», el costumbrismo que diriamos aquí desapareció porque la Italia a la que se refería también fue apagándose (para desolación del autor), su cine se destiló y se volvió vapor embriagante, se hizo reminiscencia, pero también bisturi. Pecado de intensa juventud que trato de subsanar actualmente. Hoy Intervista en Filmoteca de Catalunya.


16 de febrero de 2020. El rinoceronte de Fellini y el mar de Casanova. E la nave va, metáfora de nuestros países y de sus gentes que salen adelante a pesar de todo. Esta imagen presidió mi casa muchos años, arrancaba una sonrisa en los momentos más duros y siempre me he identificado con su resiliencia. Hoy en la Filmoteca.


19 de febrero de 2020. La città delle donne, Ginger e Fred y La voce della luna, la curva final de Fellini. En todos los sentidos: como dije, fui perdiendo interés en su cine a medida que me hacía joven y él mayor, aprovecho para recuperarlas ahora aunque lamento detectar una ligera pérdida de pulso del maestro que aún está ahí (aunque pueda deberse a una coherencia con la decadencia paralela de «su» Italia) y para ver las últimas dos que para mí son inéditas (pese que temo a Beningni cuando se pone transcendente). Ayer, hoy y mañana en Filmoteca de Catalunya. Por cierto, la expectativa sobre las copias se ha cumplido con creces. Hay que agradecer a todos los implicados en su restauración, que nos ha permitido contemplarlas en toda su majestuosidad original.

Fui perdiendo interés en su cine a medida que me hacía joven y él mayor

José Iglesias Etxezarreta

18 de enero de 2021. Arturo @perezreverte sigue demostrando que es uno de los más grandes cuñados de la ex profesión. Pontifica que «Nos hemos vueltos tan superficiales que las obras maestras apenas generan discípulos» tras «ver de nuevo, La Dolce Vita… ¡DE LUCHINO VISCONTI!» (El Semanal, 17/01/21)… Atentos a joyas que solo podían salir de su característica prepotencia reaccionaria y falta de respeto por el lector como: «cuando la mencionas fuera de círculos cinéfilos o razonablemente cultos…» Igual, igual que cuando «se salió» de reportero y tuvo la fachatez de escribir Territorio Comanche. A ver con qué excusa (agresiva) sale del paso.


12 de marzo de 2021. ¿Dejan abiertos los supermercados y las farmacias, pero cierran cines y bares? Pese a contar con Fellini, Pasolini o Rosellini, los italianos demuestran tener un extraño concepto de «primera necesidad» #coronavirus


Los directores «después de….» – Forman, Richardson, Weir

Tras ver Jojo Rabbit, parece que lo lógico sea asociarla a memorables obras maestras como El Gran Dictador o Ser o no ser (por tomarse a Hitler con humor) o indigestiones insoportables de baclavas untados con panela y espolvoreados con azúcar glass como La vida es bella. Pero de entrada no hay escalpelo satírico, sólo gracieta, y niño inmerso en guerra es el tema de innumerables películas, desde poemas de una belleza inaprensible como La infancia de Iván hasta realidades enajenadas de Ballard como en El imperio del Sol (uno de los pocos Spielberg para adultos junto con Munich). Sin embargo, no sé por qué se me ha ido la cabeza los directores “después de” (total, en el pasado sólo tiene destacable la ingeniosa Things we do in the Shadows). Y no porque Taika Waititi nos haya deparado grandes films anteriormente, sino por una simpleza como su origen. Es neozelandés, y medio maorí (¿se llaman así aún en Politically Correct Land?). Y en las antípodas sí tenemos dos casos flagrantes de “después de”. Uno pequeño, ya que Once we were Warriors igual fue sólo un fuego fatuo vista la estéril trayectoria posterior de Lee Tamahori (quedando pendiente el visionado de Mahana, el film con el que ha vuelto a rodar en su país natal y con el feroz novelista “Warrior”, Temuera Morrison). El otro es de manual, Peter Weir. Uno de los más importantes directores del Hemisferio Sur, el autor de películas tan salvajes como Los coches que se comieron París o embrujadoras como The last wave (con David “Walkabout” Gulpilil) o El año que vivimos peligrosamente, el Gepetto capaz de traer a la vida a actores de madera como Richard Chamberlain o Mel Gibson (dos veces), el compositor de la sinfonía Picnic at Hanging Rock (“Miranda is a Boticelli Angel”). Descontando a ingleses, alemanes y mexicanos, que por distintos motivos no han tenido que variar tanto su estilo al llegar a Hollywood, en esta categoría encontraríamos también a Milos Forman, que dejaría la cantera checo/eslovaca (ya entonces mostraban ciertas diferencias estilísticas aunque se sentían unidos como grupo), posiblemente la nueva ola más nutrida de talento y frescura después de la francesa y a corta distancia de la inglesa o polaca (la Rusia revolucionaria o la Italia de posguerra). Forman fue parte de una generación fílmica irrepetible: Věra Chytilová, Ivan Passer, Jaroslav Papoušek, Jiří Menzel, Jan Němec, Jaromil Jireš Vojtěch Jasný Juraj Jakubisko, Juraj Herz… hacían películas tan poco conformes con el canon o tan irreverentes que se jugaban el pescuezo de verdad con las autoridades estalinistas. Forman era el niño bonito, y en esa condición «huyó» a Occidente (los que se quedaron conscientemente no le guardan demasiado rencor por lo que he podido hablar con alguno de ellos cuando han pasado por la Fimoteca). Menzel y sus Trenes rigurosamente vigilados más que mi favorito es casi mi biblia vital y visual desde que la vi como un adolescente bocabadat en el Electric de Portobello,Y la entrevista que tuve con Jakubisko para Contracampo fue del orden surrealista que tanto amaban: dos funcionarias de sendos partidos del Este (llamarlos comunistas me daría vergüenza) traduciendo del inglés al alemán y del alemán al eslovaco y advirtiendo claramente cómo se comían la mitad de los matices que no les interesaban… Forman se fue a hacer cine «comprometido… con la progresía liberal de Hollywood. Y si bien Alguien voló sobre el nido del cuco dramáticamente no estaba nada mal, y Taking Off merece ser recordada, palidecían al compararse con Los amores de una rubia o cualquier otra cosa que hubiera hecho «antes de venir del frío». Personalmente la que más he disfrutado (pero no sé cuánta gente diría lo mismo) ha sido Ragtime, con el último gran papel de un descomunal James Cagney), pero claro ya nada a la altura ni de lo que hizo ni de todo lo que harían sus ex compañeros… De Amadeus ni hablo porque acabo de limpiar el teclado. Pero sí existe alguien que puede ser clasificado como el mayor derroche vivo ese es la joya de los Angry Young Men, Tony Richardson. El hombre de cuyos ojos salieron Look back in anger y, sobre todo, la preciosa, iniciática, esa cima del orgullo de clase y la dignidad que es La soledad del corredor de fondo, el rebelde que financió la huida de prisión del agente doble George Blake. Atraído por cantos de sirena, se fue a vivir a Los Angeles en 1974 donde malvivió, fílmicamente hablando (aunque en The Border, con Jack Nicholson, aún consiguió encandilarnos a sus entonces jóvenes fans), hasta su muerte por complicaciones derivadas del HIV en 1991. Su cambio de residencia fue el mayor error cometido por alguien que precisamente había declarado que:

“It’s impossible to make films that appeal to everyone, and the only solution is to make them at a nonprohibitive cost, and to try to adhere to a strong, independent point of view that will appeal to at least one body of customers: the ones who want to be stimulated by provocative ideas».

Bajo esta luz, nos vemos obligados a saludar como grandes éxitos vitales y cinematográficos los “fracasos” de los proyectos de traslado, siquiera temporal, de Eisenstein o Antonioni. Fue una suerte que no cuajaran en ese ambiente creaticida… otra cosa serían los viajes en la otra dirección, los notorios destierros de Chaplin, Welles o Losey.


14 de abril de 2018. Se va Milos Forman, gran representante de la formidable Nueva Ola Checoslovaca con Menzel, Jires o Chytilova (juntos en la primera foto), pero ¿cómo no retratarlo/recordarlo junto al rocoso, otoñal, deslumbrante, siempre brutal James Cagney, al que recuperó para la telúrica Ragtime?