Drive, baby, drive

No soy nada partidario del conservadurismo «discreto» de Murakami, pero tampoco participé en el boom posmoderno de apreciación de la novela negra de los 80 y, por tanto, tampoco es que sea un gran seguidor de Patricia Highsmith, pero bien que venero una de sus adaptaciones a la pantalla. En la balanza, huyo de los Óscar «de la diversidad» (también de los antiguos) como de la peste, pero es cierto que sigo el consejo de mis mayores y pares, y, sobre todo, quiero seguir los pasos de los que parecen avanzar sobre la senda arenosa del cine japonés de siempre, así que hoy me arriesgaré, un hombre que ha recorrido el planeta sin disponer jamás de un pedazo de papel que le autorizase a ponerse al volante ;-), a subirme al Drive My Car de Hamaguchi, en la, espero, habitual soledad y descollantes condiciones técnicas del cine Balmes.

29 de diciembre de 2021. ¿Quién iba a decir que hasta Ryan O’Neal iba a estar bien. Aunque hay que decir que interpretaba a un personaje impasible 😉



19 de abril de 2022. Para todos los neopuritanos (y Nancy Reagan) para los que hay que censurar el «mal gusto», ya sea del rap o reguetón, o para los que «cualquier tiempo pasado fue (políticamente correcto) mejor», ¿de qué «machista» artista es la floritura «te equivocas, solo quiero tu sexo. Rómpete, nena, rómpete, demuéstrame que eres real (…) Chupa, nena, chupa, dame tu cabeza»? 😉


Pero ¿alguien recuerda las películas que ganaron el Óscar?

9 de abril de 2020. Pero ¿alguien recuerda las películas que ganaron el Óscar? ¡En 1979 Kramer vs Kramer ganó contra Apocalypse Now y All That Jazz! Si bien soy muy crítico con el modelo autoritario que se ha elegido, trato como todo el mundo de aprovechar este tiempo de confinamiento para revisar tooodo lo que no había visto en el pasado (gracias a Godard y Zappa que existe el fast forward) por estar ocupado en propuestas mucho más interesantes… pero en algún momento tenía que llegar a los films más galardonados de los últimos años. Me faltan Roma y Parasites, pero acabo de pasar por el Green Book del hermano Farrelly y, exceptuando la blanda escena del bar, es la típica película norteamericana vergonzante (algo así como pedir perdón a los indios), que se hace 50 años demasiado tarde e incluso entonces hubiera sido tan políticamente discutible como Adivina quién viene a cenar esta noche (pero con un elenco a años luz) y tan innecesaria como el propio remake de ésta en 2005 (uno podría ver el intercambio entre Tracy, Poitier y Glenn mil veces, pero nunca podré llegar a entender quién puede creer que Kutchner es gracioso). Sobre una situación parecida llega a ser más interesante la sobrevalorada y pesaditta Huye. Para «negro bueno» o «negro con matices» prefiero cien mil veces To Sir, with love, pero eso (y la extraña relación dialéctica que mantiene con la Jetée de Marker 😉 ya lo comentaré mañana.


21 de marzo de 2020. Cuando tus hijos te admiran porque en una foto de juventud encuentran que te pareces a su ídolo, Kylo Ren 😉 Yo creo que realmente quería parecerme a Michael Beck de los Warriors o algo así si nos fijamos en el horrendo combinado de chaleco con camiseta…


9 de diciembre de 2023. Curiosamente, los dos mejores papeles de Ryan O’Neal -amante de Farrah y padre de Tatum-, muerto esta noche a los 82 años, son los que le ofrecieron Walter Hill y Stanley Kubrick, en Driver y Barry Lyndon, porque supieron utilizar su inexpresividad natural para expresar el hieratismo e introspección de sus personajes. Y luego está Bodganovich, que le dio sus roles estelares en What’s up doc y la oscarizada Paper Moon.


El ciclo Naruse y la música en películas mudas que no la conservan

Yogoto no yume / Sueños cotidianos inaugura hoy el ciclo de Mikio Naruse. Sería una excelente ocasión para que @filmotecacat aproveche que dispone de dos pases por film para satisfacer la eterna propuesta de los amantes del cine sin aditivos de no colorear con música enfática e innecesariamente una obra muda cuando no se cuenta con una partitura original, al menos en una de esas proyecciones.

Añadirle una banda sonora que trata de ilustrar lo ya visible convierte la propuesta artística en una nueva, a dos manos, director clásico y músico moderno, que en el peor de los casos resulta además en un subrayado reiterativo y farragoso (el viento de Sjöström o el amanecer de Murnau). Incluso cuando se restaura un cuadro o una cinta se actúa con gran cuidado y precisos estudios previos. Y específicamente en el cine, al ser imágenes en movimiento y por medio del montaje, las películas (pensemos en las máquinas de Vértov o las líneas danzantes de la sinfonía de la gran ciudad de Ruttmann) ya disponen de una música propia por lo que propuestas como las de Coppola de orquestrarlas o de Turner de colorearlas solo suponen una grosera alteración de su concepción y alcance primigenios, en el mejor de los casos una performance independiente del artists.

¿Somos capaces de imaginar ciertos clásicos de Morricone, Mancini, Hermann o Bernstein con otra banda sonora, muchas de ellas trabajadas en plena convivencia con el resto de creadores de la cinta?

Efectivamente, las estatuas también mueren e incluso si una obra ha llegado incompleta, mutilada o agonizante se debería respetar su estado, conservándola en lo posible, pero remontar el México de Eisenstein o las últimas películas de Welles es puramente un ejercicio de estilo reservado a los estudiantes de las academias. Tal vez lo único atractivo de la Sagrada Familia era que estaba inacabada.


Otras referencias – L’argent – Bresson / Ruttmann / Vertov / Eisenstein / Resnais-Marker / Welles / Sjöström / Murnau
– Napoleón de Gance-Coppola , Metrópolis-Pegasus


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2 de febrero de 2022. Hoy Meshi / El almuerzo, 2 de 10 del ciclo de Mikio Naruse en la Filmoteca. Mil gracias a los organizadores por el arduo trabajo de encontrar todas las copias de la antología en 35mm. De todas formas, a partir de esta proyección, cabe esperar que cuando se vea un acordeón en pantalla se oiga también (y no un piano como ayer), y que la sala esté a oscuras como debe ser (y no con un foco del 15 quemando el delicado blanco y negro de la obra original). Como dice con su acertadísima retranca Luis Carceller Alcón, «espero no morirme antes de haber podido ver el Guernica en colores» 😉

3 de febrero de 2022. Hoy Okasan / Madre, 3 de 10 del ciclo de Mikio Naruse en la @filmotecacat. No creo en los ránkings, pero esta tarde está muy difícil la «competencia»: a su lado, el segundo Kippur de Amos Gitai y, por encima de todo, el fenomenal Hamlet de Grigori Kózintsev, ¡bendito dilema! 😉 Otras referencias: Kozíntsev, Gitai, Pudovkin

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La mujer apoya la cabeza en el hombro de su amante reencontrado

8 de febrero de 2022. Hasta los pacifistas humanistas Kobayashi e Imamura y la radicalidad antisistema de Oshima o Yoshida, el impacto del fascismo, el imperialismo, la guerra y la derrota en la vida japonesa, y en especial de las mujeres, se resumía, en las películas inmediatamente posteriores a la contienda, en un juego triste de ausencias y presencias, sombras y reencuentros.
Hoy Ukigumo / Nubes flotantes, nuestro 4 de 10 en el ciclo Naruse de la Filmoteca. Image


9 de febrero de 2022. Con el precioso , y preciso, título (original) de Crisantemos tardíos / Bangiku, Naruse nos presenta los matices en uno de los papeles tradicionales conferidos a la mujer japonesa, el de geisha, a medio camino entre la amante, la prostituta, la música, la conversadora -en una sociedad de hombres-. Y continúa la extraña impresión que teníamos con Mizoguchi de que ha ido perdiendo paulatinamente protagonismo no sólo en el cine, sino en la vida real de Japón, aquella soterrada bajo la producción y los tópicos, la que madruga cada día para buscarse la vida, ese entramado tan «moderno» que presenta la película, de una prestataria y de sus clientas, que hoy en día se denominaría con grandilocuencias como «microcréditos», «empoderamiento» o «emprendeduría».



18 de febrero de 2022. Hoy Onna ga kaidan wo agaru toki / Cuando una mujer sube la escalera, 9 de 10 del ciclo Naruse de @filmotecacat y @fundacionjapon con sus actores fetiche Hideko Takamine y Masayiki Mori. Por el neopuritanismo de estas redes he tenido que poner la imagen de Muybridge ¡vestida! y no la que lógicamente se desprenderia de la seríe propuesta, una más de las limitaciones que me llevaron a crear Histoire[s].


23 de febrero de 2022. Midaregumo/Nubes dispersas, la última película de Mikio Naruse (por cierto, en ésta también hay viudez, pero sobrevenida ;-), es también la que cierra el ciclo de actual de Filmoteca de Catalunya. Esperemos que suponga un punto y seguido porque 10 de 78 saben a poco, pero hay que destacar el gran trabajo de la Fundación Japón para hallar todas las copias en 35mm, conservando todos los matices, y a su vez en excelente estado.


26 de noviembre de 2022. Hoy Los nibelungos, la épica epopeya expresionista de Fritz Lang. En copia restaurada, podria ser un dia historico si no fuera por el empecinamiento de @filmotecacat en no ofrecer al menos uno de los pases sin el azúcar añadido de la música en directo cuando no se dispone de partitura original para el film.

«Suharto, feed your people». Why focus is political (II)

19 de noviembre de 2021. Con la cercanía de Thanksgiving, Black Friday y Navidad, vuelve el Gran Recapte d’Aliments. A un govern que quiere ser independiente, pero que es incapaz de dar de comer a su población (como reclamaba el personaje de Linda Hunt en El año que vivimos peligrosamente de Weir), le tiene que sacar las castañas del fuego esa propia población, como con la sanidad y ese invento de Jerry Lewis que es una telethon en que desde arriba se decide el qué, el cómo y a quiénes. No nos engañemos, es caridad, no solidaridad. Cuando nos vemos obligados a donar (y damos más allá de los impuestos para paliar la magnitud del sufrimiento real, a organizaciones con las que compartimos ideas y objetivos -Amnesty, Greenpeace y MSF-), no podemos obviar, ocultarlos a nosotros mismos, que el sistema utiliza nuestro incompleto gesto político como el pitorro por donde escapa el vapor de la injusticia social de su olla a presión condenada a estallar. Si el capitalismo no estuviera basado precisamente en la desposesión de la mayoría y en hacer crecer infinitamente el beneficio/la desigualdad , no haría falta que animara a sus propias víctimas a reprimirse y a repartir las migajas. Pero si nos salimos de su lógica, el daño estructural crecerá siempre más que los parches bienintencionados que, como las teorías conspiranoicss, acaban ocultando más que desvelando o incitando a la rebelión.


20 de octubre de 2021. El año que vivimos peligrosamente, de Weir, pese a mantener la mirada occidental, ponía el foco en los resistentes, mucho más allá que, por ejemplo, Gavras en Missing, quien ,incluso en las escenas en la morgue, mantenía el foco en Lemmon y Spacek.

Dos documentales sobre la matanza de comunistas en Indonesia.

A (Satyajit) Ray of Light

A Ray of Light. Poco después de su independencia, mientras India establecía los cimientos de lo que se convertiría en la industria cinematográfica más grande del mundo (y un programa atómico propio), surgiría un rayo de luz, humanismo y sensibilidad, Satyajit Ray. Hoy empezamos con Pather Panchali (La canción del camino), la primera película de la «trilogía» de Apu en el excelente ciclo que le dedica la Filmoteca de Catalunya este otoño.

Goodbye, Dragon Inn, lluvias y demonios del tiempo

Hoy volvemos a empaparnos con las lluvias de Taiwán, con los neones de las noches asiáticas y los viejos cines de todo el mundo, Goodbye, Dragon Inn de Tsai Ming-liang, en una sala también muy especial como es @zumzeig a la que en poco tiempo de existencia se le ha adherido ya la pátina nostálgica del tiempo.

“Do you know this theater is haunted? This theater is haunted. Ghosts.”


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Ugetsu Monogatari/Cuentos de la luna pálida, 1953, Kenji Mizoguchi

Ambas imágenes son de Los yūrei (fantasmas) en la historia del cine japonés de terror clásico de Talia Vidal para Proyecto Sugoi

Apichatpong Weerasethakul, Tsai Ming-liang y Edward Said, la voz inquebrantable

Lo más interesante del cine de lo que llevamos de siglo proviene sin duda de Oriente, con su visión punzante y desolada y densas texturas. Hoy en la Filmoteca, Sud Pralat/Tropical Days, del tailandés Apichatpong Weerasethakul, y el domingo, Rizi/Días, del taiwanés Tsai Ming-liang.



3 de mayo de 2022. Si estuviéramos en los 60 seguramente habría surgido un crítico que hubiera calificado de nuevas olas asiáticas a la variedad y riqueza del cine contemporáneo que nos viene de ese continente, directores que comparten una «epitelialización» de las texturas (son películas que parece que pueden tocarse) a través de tratamientos extremos del color, ya sea denso o difuminado, para transmitir la pulsión fatalista que recorre sus meandros. El ejemplo perfecto de esa vocación de trascendencia transfronteriza, de universalidad en la diversidad, sería la representación a varias voces y varios lenguajes (incluyendo la vibrante escena final con los impactos secos de una lengua de signos desesperada, «Nosotros viviremos») del Tio Vania de Chéjov en Drive My Car de Hamaguchi).

Hoy Chun jiang shui nuan/Dwelling in the Fuchun Mountains, de Gu Xiaogang, en la Filmoteca de Catalunya.


Said, la voz inquebrantable

Buscando el texto de referencia sobre Orientalismo, de Edward Said, para el espacio que estoy preparando sobre cine (y política, y arte… 😉 he encontrado el borrador del artículo que le dediqué con ocasión de la muerte de ese gran filósofo universal, y activista, y viendo la vigencia de la tragedia indescriptible que azota al pueblo palestino lo traigo hoy a la palestra (en su momento, tuve el triste honor de que lo citaran en su Archive con ocasión de su publicación en la revista salvadoreña Vértice el 19 de octubre de 2003).

Cuando paseamos por las ventosas y asoleadas avenidas de Johannesburgo, con sus nombres de los verdugos y las víctimas aún colgando, símbolos abofeteadores de que el país es fruto de un pacto entre el antiguo régimen y la población para acabar con el horrendo crimen institucional que supuso el apartheid, y vemos a los antiguos enemigos, como en El Salvador, enfrentados, pero dialogantes, incluso sonrientes, en el Gobierno y en el Congreso, puede soñarse que algún día podamos pasear igualmente por las calles de Gaza o de Haifa, y se mezclen en el callejero, como soñaron Said y Barenboim, los nombres judíos y árabes. Ese día pienso romper mi aversión a visitar el Estado religioso, belicoso e intolerante de hoy y espero poder caminar por la calle que su pueblo le dedique. Seguro que tendrá banquitos al sol, de ésos que invitan a sentarse a practicar su deporte favorito: reflexionar. Ahí le esperaré, Said, ahí le esperaré.

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Di qiu zui hou de ye wan / Long day’s journey into night

Di qiu zui hou de ye wan, Long day’s journey into night, de Gan Bi. Buscando referencias a falta de contexto, un procedimiento siempre impuro, se podría decir que va de Tarkovski a Leos Carax, pasando por la parte inquietante de Celine et Julie vont en bateau, pero sobre todo una especie de Alain Robbe-Grillet del siglo XXI. Y, a su vez, nada de ello, sino sí mismo, indescriptible y original. Y tres cuartos de hora de 3D, texturas de aire, humo y humedad, auténticamente hipnótico, un laberinto del caul nunca se desea salir.